La gratitud es una virtud que nace de la humildad de sentirse amados y de dejarse amar. No es mercadería de cambio ni un deber, sino puro y gratuito amor. El egoísta es ingrato no porque no porque no le guste recibir, sino porque no le agrada reconocer que debe algo a otros. La gratitud es un eco Es un sentimiento más fuerte que la esperanza; quien es agradecido sabe que posee mucho de bueno. Y esta convicción lo hace feliz y seguro de sí mismo… Los ingratos, por el contrario, son incapaces de sentirse satisfechos y felices. Viven permanentemente inquietos y añorando lo que no tienen y ansiando lo que querrían.
de la alegría del que da, la ingratitud en cambio es como un agujero negro de egoísmo que se traga la alegría de quien ama.
viernes, 7 de agosto de 2009
LA GRATITUD DE DIOS...
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